ELEGIR LA OPORTUNIDAD
Elegir implica algo que la mayoría de las personas no quiere o no ha aprendido a hacer: tomar responsabilidad.
Tomar responsabilidad implica tomar decisiones, tomar decisiones nos va a llevar a tener consecuencias y eso a su vez a madurar, finalmente madurar es el camino para hacernos independientes mental y espiritualmente. Hoy el mundo se ha ido construyendo, tal vez sin querer, con base a provocar situaciones que nos llevan cada vez más a estrés y ansiedad.
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Pensemos en la elección para un carro y para el color del mismo o simplemente comprar un yogurt.
“Un cliente puede tener su automóvil del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro”, esta legendaria frase que Henry Ford en su momento escribió en su autobiografía y que ha pasado a la historia como una de sus más famosas citas, nos ayuda a entender como hubo tiempos en donde elegir no era un problema, esto no metía en estrés a nadie, esos eran otros tiempos.
Regresemos al yogurt, por ejemplo si hoy fuéramos a la tienda y por primera vez pensáramos en comprarlo estaríamos en serios problemas ya que ésta situación seguramente nos llevaría a estados de ansiedad y desasosiego una vez parados frente a los anaqueles tratando de decidir cuál de todas las opciones comprar, algo similar nos sucedería con la compra de un celular, antes solo eran negros y parecía que a nadie le importaba, había unas cuantas opciones, hoy resulta un calvario para muchas personas, los aparatos, características, colores y planes tarifarios y así podríamos nombrar un sin número de objetos y servicios a adquirir.
Hoy los jóvenes por ejemplo entran en serios conflictos al querer elegir una carrera y que café tomar en el Starbucks, tener o no hijos por cómo está la situación en el mundo, y cómo sobrevivir en el día a día.
Elegir qué hacer con lo que la vida hoy nos está trayendo suena a odisea, comprender que el mundo ya no es lo que conocíamos y que se hace necesario adaptarnos a él suena aterrador, pero trae algo espectacular y es para todos, trae oportunidades. Hoy estamos aquí, vivos y podemos elegir la oportunidad, un ramillete de ellas, éste es el regalo, nos lo está dando la vida con lo que sucede, con esta bendita pandemia, literal quién sabe puede ser lo mejor que nos pueda pasar.
A unos pocos meses que inicio la pandemia una compañera de un diplomado que tomaba en ese momento lanzó una pregunta en su Facebook, "¿qué de bueno te ha traído la pandemia?", yo decidí que la contestaría una vez que terminara, aun no la contesto, al día de hoy el recuento de los beneficios es interminable, aunque hay muchas cosas duras y tristes, el asunto es que muchas personas han elegido quedarse estáticos y entrar en la ansiedad de la incertidumbre, otros justo eso es lo que los ha motivado, tu que lees , ¿qué has elegido para ti y tu futuro?
Mi consejo para sobrellevar esto es un trabajo en conciencia de lo que te puede pasar al elegir el reto de hacer elecciones, elegir e ir por la oportunidad y estar atentos con lo que pueda suceder en este camino de elección y con la disonancia cognoscitiva que trae, es decir el efecto mental de esperar una cosa y que resulte otra.
Tomando lo que sucede en la psicología del consumidor, les comparto la paradoja de elección, reflexión de Iván Pico de Psico Pico:
Parálisis: tener que elegir entre muchas opciones puede llegar a paralizarnos ante el esfuerzo cognitivo que supone tomar la decisión entre tanta variedad.
Coste de oportunidad: aún después de hacer una elección solemos realizar comparaciones con las otras opciones no elegidas, normalmente las cosas positivas. Por ejemplo, si decides comprar un coche negro después pensarás que igual el blanco se ensuciaba menos. Es decir, no estamos conformes con la decisión actual al poder compararla con otras, lo que puede reducir nuestra felicidad con la compra actual.
Aumento de expectativas. No nos conformamos con menos cuando sabemos que existen otras opciones en el mercado.
Auto culpa: el hecho de no lograr tomar la decisión debido a la gran variedad de elecciones y la parálisis que esto supone junto con el análisis posterior del coste de oportunidad perdido (pensar que deberías haber comprado o haber elegido otra marca) termina por afectarnos a nivel psicológico incrementando el sentimiento de culpa por no haber sido capaces de solventar el “problema” de forma efectiva.
De alguna manera sucede igual en lo personal, en lo emocional, por ello te recomiendo siempre pensar que la elección tomada fue la mejor en su momento, que no somos capaces, nadie lo es, de tomar la mejor opción por conocer los resultados futuros, cuando no sepas que hacer solo pon tu mano sobre tu corazón y prepárate para recibir, cuando así tenga que ser la respuesta, pon atención en tu mundo y tu corazón sabrá guiarte, que no te quede duda. Elegir no es magia, no quiere decir que si te atreves a ello, la oportunidad, las cosas saldrán como esperas pero si dejas que lo guíe tu corazón este te ayudará en el camino de sufrimiento y sabrá confortarte, por que créeme sucederá y saldrás victorioso y adelante, si no seguro te divertirás y aprenderás en el intento. Te comparto un pensamiento que escribí como cierre para ti, hasta pronto!
"Madurar es delimitar la experiencia y direccionarla a una toma de decisiones en conciencia ¿qué conlleva el milagroso regalo que trae la llamada mala decisión a oportunidades llenas de aprendizaje."
Alberto Díaz
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