solucion5
- 10 ago 2021

¿Haces o naces con ansiedad?

por José Alberto Díaz

Durante muchos años trabajamos un curso de liderazgo y una de las preguntas regulares era ¿los líderes nacen o se hacen? Es la misma pregunta que muchas personas se hacen con referencia a la ansiedad, vamos a concluirlo desde nuestra experiencia con los talleres que estamos impartiendo para personas que sufren de este padecimiento y vamos también a ver qué está pasando en el mundo con respecto a esto.

Es un hecho que personas interesadas desde una parte más humanista han buscado comprender y dilucidar este punto porque tiene un impacto diferente una u otra respuesta, se ha hecho también un trabajo científico en universidades de distintas partes del mundo, principalmente norteamericanas por ejemplo en Wisconsin, en donde se pudieron dar cuenta y determinar a lo largo de los estudios que la ansiedad tiene un alto porcentaje de poder ser, o ir siendo a futuro hereditaria. Las personas que hoy sufren de este mal ya sea ansiedad o ataques de pánico, de acuerdo a los resultados que se dieron en la universidad, opinan que la probabilidad es que sea hereditaria y al oír estos resultados no sólo podemos pensar que es algo a nivel de percepción porque tanto de manera perceptiva como a nivel cerebral lo que podemos concluir es que hay un funcionamiento en la parte psíquica, en la parte neurológica de las personas que lo padecen y lo que tanto las universidades como los que están investigando en función a esto quieren comprobar que debemos tratar a la ansiedad como una enfermedad, no solamente como un síntoma, hoy se cree o se maneja como algo que es un síntoma es algo que sucede pero que no implica una condición de enfermedad y este es un parteaguas en el trato tanto médico-clínico y sobretodo también en el trato personal y familiar en donde las personas se ven rodeadas de una serie de cuestionamientos acerca de si es algo que deberían o no deberían sentir o que podrían modificar sin mayor problema.

Haciendo un comparativo cuando nosotros en Neuromap atendemos a un paciente con una problemática de alcoholismo y platicamos con su familia los invitamos a pensar que la persona que está sufriendo esta adicción en realidad lo que tiene es una enfermedad y desde ahí la manera de percibirlo cambia, es decir su percepción hacia el familiar cambia. Uno de los cuestionamientos que les hacemos es que si cuando un miembro de la familia llega a enfermar ya sea gripe o algún otro padecimiento y tuviera temperatura ¿sería eso motivo o enojo para el resto de los miembros de la familia? Invariablemente la respuesta es no, claro que no y debería de ser así, no podemos enojarnos con una persona porque tiene gripa o diabetes o Alzheimer o no sé alguna enfermedad incluso crónico degenerativa, y cuando les preguntamos cómo sería el trato para esas personas la perspectiva y la manera de pensar cambia totalmente, pero en una enfermedad mental aun cuando podríamos subir un escalón importante en los cuidados que como enfermedad pueda tener, al ponerle el término de mental pues otra vez nos vuelve a bajar el asunto de nivel porque está demasiado estigmatizado, hay muchos prejuicios en función de las enfermedades mentales.

Las generaciones alrededor de los 35 y 70 años que regularmente ya tienen hijos, no les dan el crédito a los niños, a los jóvenes, a las parejas, incluso a ellos mismos de que la ansiedad pueda ser una enfermedad, lo ven solamente como un síntoma. La investigación en las universidades se está haciendo precisamente para poderla tipificar como una enfermedad mental aunque con eso no se resuelve el problema pero si la percepción de los que estamos alrededor para apoyar a alguien que la padece, por ejemplo padres en consulta con sus hijos sentados a un lado les dicen cosas como “no le hagas al cuento, lo haces para manipular, para no ir a la escuela, para llamar la atención, se te va a quitar… etc.” y entonces termina siendo una situación muy fuerte para quienes están sufriendo en carne el día de hoy este tipo de trastorno. Creo que deberíamos de llamarlo de esa manera porque eso es lo que es sin esperar a que un grupo de científicos nos lo termine o no diciéndolo, nos basta y sobra con ver el sufrimiento que las personas están padeciendo no sólo en esta época sino ya desde hace años atrás, es nuestro deber como sociedad apoyarlos con todas las fuerzas, el conocimiento y el amor para que logren salir adelante.

Estos centros o institutos de investigación han logrado tener datos como que el 60% de cada 100 adultos tiene la percepción de que se preocupa y de que ve a una enfermedad mental como algo importante, algo a lo que debe de involucrarse y que debe de conocer para saber tratar a la persona afectada, sin embargo en la entrevista sólo 25 de cada 100 adolescentes que padecen la enfermedad tienen la percepción de que son reconocidos y ayudados pero los otros 75 no. Es una situación alarmante porque lo que realmente requiere una sanación a este nivel es que los padres, la pareja, los hijos, principalmente el núcleo familiar directo validen el miedo, el dolor, las sensaciones corporales, el tipo de pensamiento que sin ahondar y meternos en un dato duro pero real muchas veces termina en un suicidio que en los últimos años se han estado incrementando de manera alarmante. Por ello es necesario el conocimiento tanto de padres, maestros, de la sociedad civil en general más allá del sector salud, que hoy se está viendo rebasado, hoy sabemos que está a punto de colapsar por los casos de COVID que se están presentando y no queremos colgarle otro problema, cuando muchas veces la comprensión, el amor, las buenas relaciones y el conocimiento del manejo que las familias puedan tener ayudarán a darle un giro en el beneficios que esto pueda tener a la larga para la persona que lo sufre.

Dentro de estos mismos estudios también se ha podido comprobar que la manera en que el cerebro percibe y reacciona al final del camino después de todos estos procesos de disparos que se dan por la constancia de restablecimiento del organismo es que empieza a sufrir un colapso, se ha comprobado que nosotros tenemos una reacción de información a la parte cerebral pero cuando es una reacción de emergencia hay como un camino corto, un atajo a nivel orgánico para el cerebro primitivo que es la amígdala y tengamos estas respuestas que requerimos, cuando esto se hace de manera constante hay una desorientación a nivel cerebral, los mismos estudios han revelado cómo personas que viven esta problemática han llegado a no poder distinguir entre amenazas reales y amenazas imaginarias y siempre reaccionan desde la misma manera a nivel de amígdala y la consecuencia es que después hay falta de concentración, desorientación, enfoque, pérdida de memoria, lagunas mentales y más que se agravan cada vez, insisto es nuestra labor como sociedad, como familiares, como especialistas ayudar a las personas o que ellas mismas que se acerquen para poder ser ayudadas.

Estas reacciones que tienen que ver ahora con el grado de diferencia que tiene el cerebro de reaccionar nosotros en Neuromap las hemos venido trabajando desde hace varios años, por ello sabemos que aunque la persona sea o no diagnosticada como tal pero tiene una serie de síntomas que le hacen sufrir, ya sea por una condición de hipersensibilidad la cual la hace más sensible a pequeños estímulos que disparan de una manera importante sus reacciones requiere de un tratamiento efectivo y con excelentes resultados sin necesidad de consumir medicamentos ni tratamientos costosos. Parte de lo que hoy estamos haciendo para poder llegar a más personas es ofrecer un taller en línea en donde entrenamos a las personas que sufren de este padecimiento y les damos todas las herramientas que en una terapia cara a cara podrían tener pero a un bajo costo y en un corto tiempo. Hoy ponemos a su disposición este taller de 4 sesiones de dos hora y media cada una a un costo sumamente accesible para todos.

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