Reconciliarte contigo mismo

¿Cómo reconciliarte contigo mismo?

El diario vivir implica el diario evolucionar, nuestras células se renuevan y nuestros sentidos y pensamientos se hacen más demandantes, las necesidades y la manera de satisfacerlas se vuelven prioridad y muchas veces el cómo afrontamos nuestra vida diaria, esta vida que hoy tenemos, deja de ser el resultado de lo que esperábamos o deseábamos para nosotros, no nos gusta cómo hacemos las cosas, como pensamos, el trabajo que desempeñamos, nuestra complexión y en muchos de los casos hasta envejecer.

Finalmente somos la suma de nuestra vida, historia y decisiones, la familia que elegimos, desde el contrato de alma que hicimos en el momento que fuimos concebidos y nos aventuramos en la vida que tenemos convencidos que vamos en una especie de túnel que solo tiene una salida y que muy a lo lejos sabemos tiene una luz, que en muchas de las ocasiones, ni alcanzamos a ver solo sabemos que está ahí, alimentada con esperanza pero sin mucha motivación. Esto sucede en muchas ocasiones porque nuestra vida esta obnubilada por la insatisfacción y las emociones desagradables en donde ésto que siento me desagrada tanto y es tan evidente que emana de mí, que soy yo y que yo lo provoco, que entre más separado este de mí y de lo que soy, más creo que puedo sentirme mejor... pero esto sólo es una creencia, nada más que eso.

Reconciliarnos con nosotros mismos es más un trabajo de decisión e intención que dejar las cosas al tiempo, "para cuando tenga dinero, o mis hijos crezcan, o tenga tiempo, o él o ella cambien", es tomar el coraje y la decisión de decidir y aceptar esa historia, es atreverme a mirarme al espejo y aceptar lo que soy.

¿Cómo? ¿Cómo?

1. Acepta la realidad de la abundancia del mundo que te rodea. Vivir en abundancia es un reto y no por que el reto sea conseguirla, el reto es verla, porque ya está ahí y sólo se trata de que la pongas en el mapa. Todos los días date un espacio de unos 15 minutos y ve la abundancia que te rodea y repítelo, lo que sea, por ejemplo: esto es un árbol, esas son hojas y eso es abundancia, repite con varias cosas a tu alrededor.

2. No solo aceptes la abundancia de objetos materiales, pon atención en la abundancia general de la vida.

3. Párate frente al espejo y proponte verte y reconocerte, haz este ejercicio todos los días por un momento, si quieres alimentarlo más busca la meditación guiada de Luis A Hay “El trabajo del espejo”.

4. Establece, reconoce y reflexiona el sentido que tu vida tiene y lo que como persona persigues y ve por él, ¿Para qué estás aquí? ¿Por qué estás en esta vida? ¿Para qué existes? Si no tienes claro tu sentido de vida difícilmente te darás y reconocerás tu valor. Te recomiendo leer el libro el hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, suma a esta intención lo moderno y lo clásico, y forma tu propia estrategia.

Hemos atendido desde siempre esta sensación humana milenaria de comprender lo que somos y a qué venimos, la filosofía justo ha sido un medio, sin embargo requerimos nuestras propias respuestas, podemos invertir nuestro tiempo en rigidizar y sufrir por ello o en reinventarnos en esto día a día, finalmente es UNA DECISIÓN PERSONAL.